"Todo lo interesante ocurre en la sombra, no cabe duda. No se sabe nada de la historia auténtica de los hombres."

Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche.



5 de febrero de 2022

Mi gato ingrato y una más

 

(Kitagawa Utamaro)


Cada vez que me visto para asistir a una celebración me peleo con mi gato. Su fijación por arroparse en mis sedas no tienen nombre. Me vas a rasgar la tela, le digo enérgica. Me vas a dejar desnudo, dice él con segundas. Y es que ambos dialogamos desde nuestros silencios y nos acogemos en nuestras desdichas. Eres una cortesana ingrata conmigo, refunfuña. ¿Y si no vuelves? Siempre he vuelto, trato de aplacar su congoja. Y si me pasara algo cuidarían de ti mis hermanas o las sirvientas. Entonces mi felino saca sus uñas y tira con violencia el pareo que yo estoy tratando de colocar. 

Mi gato y yo somos cómplices pero no carne de nuestra carne. Nos reconocemos en lo que nos aportamos pero diferimos en identidades. Colaborar no es hacer lo que le da la gana a uno sobre lo que quiere el otro, ¿te das cuenta?, le digo. Él maúlla y nunca sé si está de acuerdo o si se enfada. No le gusta ser más explícito porque no es tonto. Si digo algo lo puedes utilizar contra mí, me espetó un día.

También conozco sus zalamerías y no me dejo impresionar. Se parece tanto entonces a los hombres que intentan cortejarme. Más bien prefiero que sea marrullero, que haga trastadas. Cuando espera que le eche una bronca no hago nada y él se enerva más. Sea por celos o porque no cedo a sus deseos se muestra arrogante y virulento. Hay ocasiones en que me dan ganas de zarandearlo y echarlo de casa. El otro día le pillé conduciendo a una de mis hermanas hasta la almohada en la que guardo intimidades. ¿Qué hacéis hurgando en mi almohada?, les grité furiosa. ¿No sabéis que el lugar sobre el que reposa por la noche mi cabeza es también mi propia cabeza? Tanto mi hermana como mi gato se quedaron temblando. 

¿Qué pensáis encontrar ahí dentro?, y me mostré más enfurecida, si bien era puro teatro. Como actriz del kabuki no habría tenido precio y habría hecho sentir a los espectadores con más intensidad que los comediantes de paso. Mi hermana tartamudeó y el minino fue a esconderse en uno de los pliegues del futón. La ocasión era magnífica para llamar a ambos al orden. Continué con mi perorata. ¿Creéis que vais a encontrar ahí mis pensamientos?, y me dirigí con mirada dura a la chica. Y tú, gato retorcido,¿presumes siempre de tanta confianza conmigo y me traicionas como hacen a veces los criados de los samuráis, que se venden por la diezmillonésima parte de un koban?

Me reí tanto para mis adentros haciéndoselo pasar mal a los dos que casi sentí pena. Pero no podía permitir que espiaran lo que escribo o los recuerdos que guardo. Sé que mi hermana buscaba con afán desde hace tiempo mi diario. Pero, ah, el diario está a salvo en otra parte. Y ni mi gato es tan listo como para descubrirlo.



16 comentarios:

  1. Que historia tan amena, yo tengo una gata que es un trocito de cielo, ji,ji, aunque también hace sus travesuras. No la suelo reñir, porque aunque sabe perfectamente lo que hace, entiendo que la vida del gato casero es bastante aburrida y a veces necesita un poco de emoción.
    La curiosidad de gatos y personas es lo más normal del mundo, creo yo. Me hace gracia lo de reñir en modo teatro, yo también lo hago a menudo con mi hija cuando tengo que poner un poco de orden, y en cuanto me retiro de escena estoy de buen humor, es pura simulación.

    Ha sido una lectura muy agradable. Besos.

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    1. En general cualquier llamada de atención o al orden o de bronca tiene un contenido dramático: las consecuencias pueden ser serias o depende, pero los que están en choque se ponen su máscara de hacerse valer -sin necesidad de que sea kabuki- y muchas veces queda en sainete.

      Y es que los grabados de Utamaro dan para mucho, para mí fue un gran descubrimiento el trabajo de ukiyo-e de los maestros japoneses del XIX. He tenido ocasión de ver en directo algunas obras y me impactaron.

      Antes escribí otra serie en este mismo blog basada en lo que pintó el maestro Hokusai, el de la ola gigante.

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  2. Hay complicidades interrumpidas, ¿o fue que, como dicen, una vez más la curiosidad mató, o casi, al gato?

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  3. Me alegro, yo me lo paso bien mientras los escribo. Gracias, MCarmen.

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  4. Una historia muy bonita. Más o menos esa es la relación que mantengo con mi gato. Me ha encantado.

    Mil besitos.

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    1. Al menos deseo que no se alíe con el enemigo y te traicione. Saludo.

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  5. Vaya trio ! jejeje... todos conjurados cootra todos, en busca de secretos !!.
    Divertida secuencia en la alcoba !.
    Saludos ;)

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    1. Qué tendrán las alcobas, qué tendrán...en materia de secretos, ché.

      Salud.

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  6. Bella historia que nos habla del juego de tira y afloja entre dos que se quieren... y se necesitan. Muy humanos ambos. Un abrazo

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    1. Me parecía que la entrada anterior requería esta otra al hilo de lo allí relatado. Salud e imaginación para el lunes, Neo.

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  7. Exquisito cuento de intimidades entre el gato y la protagonista. Tienen una relación muy peculiar. Es una gozada cómo escribes estos cuentos orientales.

    Deberías hacer una novela con esta temática.

    Con admiración
    Te dejo un abrazo

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    1. Escribir tiene tanto de túnel del tiempo...impuro, impreciso, inexacto...pero entretenido. Gracias a ti por seguir el hilo del laberinto.

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  8. Un bonito relato oriental que puedes trasladar a Occidente, estas cortesanas, geishas tan valientes para enfrentarse a su mundo por cambiarlo y por aprender otras artes tb,, y que íntima vivencia con su gato,, que parece tan humano... Me encaanta,, ya he leído algún otro relato tuyo y siii,,, como te dicen, se merece una novela de relatos!!
    Un abrazo

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    1. Aprecio tu comentario, Soraya, los territorios lejanos -antes, ahora no tanto, aunque la cercanía o la distancia son marcadas por la información y el interés particular- me gusta ocuparlos con la imaginación y la búsqueda de elementos y comportamientos comunes entres humanos de unos lugares y otros. Bienvenida.

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  9. Gracias, hoy día, donde la distancia es tan cercana o viceversa, vivimos en el mundo de la inmediatez...
    Pararnos a admirar una imagen y un relato, un paísaje, un cuadro ó un riachuelo,,,... ya es interesante y más si la imaginación y la creatividad nos acompaña.
    Salud2

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    1. Pararse. Contemplar sin más. Escuchar el silencio. Ejercicios importantes para valorar nuestra naturaleza interior.

      Gracias, Soraya, por pasar y leer, y reflexionar.

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