(Katsushika Hokusai)
Al anciano andarín de la aldea de Oshi que iba a recoger miel en los panales del prado le preguntaron: ¿qué ha hecho usted para ser tan longevo? El viejo respondió: mi longevidad no tiene mérito alguno. Haber nacido antes que todos vosotros y pensar en morirme después que todos vosotros. Los vecinos conocían su sarcasmo habitual, pero los viajeros se admiraron. Tiene que haber algo más para que su constitución resista los embates del tiempo, insistieron. Mi misterio consiste en el mero hecho de dejarme vivir a mí mismo y mi vida preserva el misterio. Hubo quien rizó el rizo. Seguro que tiene su propio secreto pero se lo calla. Entonces él aparentó que iba a entrar al tema. Morirá conmigo sin que yo mismo haya logrado descifrarlo, y les dejó mudos. Se le acosó una vez más para que comprometiera una opinión razonada. Le argumentaron: sospechamos que todo es influencia de la naturaleza que le rodea, la calma con que se ha tomado los problemas, la nutrición justa y adecuada, la prudencia a la hora de no desear sino lo imprescindible, y algunas características más, pero nos gustaría saber cómo ha mezclado unos elementos con otros hasta conseguir una medida tan precisa para prolongar la edad. El anciano, sin poder evitar un mohín de desprecio, contestó con sencillez: uno solo vive por sí y para sí, y lo que habla mi cuerpo solo lo escucho yo. Los interlocutores estaban a punto de tirar la toalla. Pero alguien creyó tener la llave para que el hombre revelase el enigma de su larga y bienaventurada existencia. Seguro que su vida ha sido estimulante y ha encontrado el equilibrio perfecto, dejó caer sin más aquel curioso, creyéndose maestro de psicología. Estímulos, si bien escasos, no me han faltado, respondió hastiado el viejo, y sinsabores, que han sido más bien abundantes, me han sobrado. Ya le contaré cuando me haya muerto dónde ha estado mi equilibrio.
Los viajeros continuaron el viaje entre risas y mofas, mientras el anciano andarín se disponía a iniciar un diálogo más fecundo con las abejas.
(Para todo debe haber preguntas, pero no siempre puede o debe ofrecerse respuestas)