"Todo lo interesante ocurre en la sombra, no cabe duda. No se sabe nada de la historia auténtica de los hombres."

Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche.



11 de junio de 2017

La punzante curiosidad de Ito Kabane


(Ishiuchi Miyako)


¿Cuántas preguntas quedan sin respuesta a lo largo de los años? El viejo fotógrafo interrumpió su silencio. Pensaba en voz alta. ¿Por qué cada amante quiere saber más del otro, más de lo que ya se ofrecen mutuamente? Debe haber margen para la imaginación después de amar. Capacidad de trasladar el bagaje del goce a los tiempos de la soledad. El recuerdo del placer vivido permanece en nuestro cerebro y no solo en los instantes o los días posteriores, sino incluso a lo largo de años. ¿Esa es tu experiencia?, dijo Ito Kabane. Me interesa saberlo. Lo es, pero a mis años todo entra ya en una neblina en que recuerdas con más intensidad las sensaciones que los momentos y circunstancias en que sentí satisfacción. ¿Quieres decir que has olvidado a otras mujeres?, insistió la chica. No, por supuesto, pero no tengo certeza sobre los detalles de muchos encuentros. Hay casos en que podría describirte un lugar y una persona y cómo sentí con ella, y otros en que no. ¿Como si tu cerebro amoroso fuera selectivo y se quedara con unas mujeres e ignorase a otras?, siguió con su vuelta de tuerca la modelo. Tal vez. Piensa, dijo el anciano, que tampoco con todas las personas llegamos a intimar de la misma manera. Como uno no se compenetra con cualquier clase de paisaje o de trabajo. Ni siquiera cuando nos volcamos en hacer eso que llamamos arte sabemos qué parte de nuestras propias creaciones hablan con más autenticidad de nosotros. A veces sucede que es cuestión de tiempo. Si la relación con una mujer no funciona piensas que uno no está preparado para acceder a su dimensión compleja. O que ella no se sitúa en el mismo plano de exigencia que tú. No me hagas mucho caso, son pensamientos antiguos que normalmente no salen a superficie. Los intercambios de afecto parecen sencillos pero no lo son. Acceder a un estado sensorial con los cuerpos no es difícil, pero quien más o quien menos sabrá si después le queda algo más. Una atracción que no se explique meramente a través de un rato de sexualidad compartida. Pero incluso lo fugaz y pasajero alivia, no voy a mentirte. No tengo posiciones extremas al respecto y mucho menos desprecio cualquier actitud que elegida libremente por dos personas les ponga en contacto para satisfacerse mutuamente. Creo que todos somos capaces de todo, si bien lo que en muchas ocasiones limita es que hay una discordancia entre los tiempos personales de dos personas. Qué se le va a hacer, Ito, el azar de un encuentro siempre tiene dos caras, como te he dicho otras veces, y amar es echar los dados. Ito Kabane permanecía sin palabras, tratando de retener aquel diluvio de opiniones que le desbordaba, pero quería saber. Este hombre ha debido permanecer callado y ausente de este mundo durante mucho tiempo, pensó. ¿Sueles recrear imágenes de viejos encuentros para satisfacer tu deseo?, se atrevió a preguntar. Naturalmente, pero creo que mezclo mis propias fotografías mentales, dijo con sorna, con aquellas otras que apenas rozaron mis dedos sobre un clisé. Además mi rendimiento personal ha decaído a la hora de una cierta condescendencia física con la imaginación. ¿Te has obsesionado alguna vez con una mujer a la que nunca hayas accedido?, saltó Ito mientras acariciaba las sienes canas del hombre. El anciano sintió que la joven le estaba escudriñando su pasado. O que adivinaba, como las echadoras de cartas, una situación posible basándose en la observación del otro que va dejando pistas. Casi estuvo a punto de preguntar: ¿cómo sabes tú eso? Pero ella no podía saberlo, simplemente la curiosidad o la necesidad de comparar experiencias vividas o un control celoso sobre el hombre le incitaba a indagar. Sin que su rostro se alterase, dejándose mirar fijamente por la joven, Tatsuaki dudó si responder. Nunca me perdonaré no haber llegado hasta aquella mujer, hace ya muchos años, dijo al fin. Estuve tan cerca... Ito Kabane sujetó la mano del anciano. Le embargó tal ternura que sólo acertó a responder compasiva pero también eufórica: aquí estoy yo para compensar tu inaprensible fantasma. De mí nunca podrás decir que no me alcanzaste. A mí no podrás olvidarme, ratificó con energía.Ni siquiera cuando te estés muriendo, insistió divertida, y el viejo le devolvió una sonrisa amarga. No estaría mal saber que cuando muera lo haría recreando tu abrazo, dijo Tatsuaki sorteando con dificultad las palabras. Tal vez fuera el conjuro necesario que suavizase mi estertor. ¿O mi pena sería mayor al darme cuenta que iba a perderte? Ito Kabane no dejó que se abandonara a la melancolía. También yo te perdería a ti, afirmó. Para evitarlo me extraviaría en ese instante contigo. Tatsuaki sintió lástima de la mujer. Pensó que un anciano no debe arrastrar jamás a una joven al precipicio. No debes hablar así, le dijo. Pero a la vez las palabras de la chica activaron su resistencia. No quiero morir nunca, susurró rabioso a su oído. Se entregó a ella de nuevo, aplacando inquietudes, marginando recuerdos. Obviando que sus fuerzas limitadas, que ella alimentaba con renovada y apacible tenacidad, podrían suponer el seppuku de su maltrecha virilidad. 



12 comentarios:

  1. Siempre el ego se complace en competir. Se disfruta sabiéndose más que cualquier recuerdo. O al menos se lo intenta.

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    1. El ego que nos depara conflictos pero también satisfacciones, y no hay otra cosa. Nos acostumbramos a vadearlo, a utilizarlo cuando se deja o a caer en sus redes con incierta salida.

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  2. Mejor dejar que quien pasa un rato por nuestra vida siga su camino, sin pretender atarla hasta el final.

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    1. Muchos de los amores más interesantes y apasionados suelen ser así, sin duda, Amaltea.

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  3. Tantas aproximaciones, travesías y atracciones quedaron pendientes...Tal vez sea cierto que el juego humano sea un juego de compensaciones y nunca se sabe si hubiera sido mejor o peor llegar más allá con otra persona o lo inteligente es haberse quedado uno parado. De todo se puede sacar conclusiones.

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    1. En efecto, nunca se sabe. Pero mientras no llegan las compensaciones o no nos parece que lo que vivimos después es superior la incertidumbre y el fantasma de lo pendiente bulle dentro de nosotros por mucho tiempo. Saludos.

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  4. "Creo que todos somos capaces de todo, si bien lo que en muchas ocasiones limita es que hay una discordancia entre los tiempos personales de dos personas. Qué se le va a hacer, Ito, el azar de un encuentro siempre tiene dos caras, como te he dicho otras veces, y amar es echar los dados."
    Es tan respuesta a unas preguntas que tuve en mi cabeza durante estos días. ¿Podes separar el amor de la persona? O sea, amar por amor, no a alguien, o a algo.¿Podes amar a pesar de los distintos tiempos de cada uno?
    Echar los dados.
    Como saber.
    Esta historia me encanta. Y sí, se me hace muy personal.
    Un beso.

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    1. Todo es posible, sin duda. Las calificaciones, basadas en búsquedas, sensaciones o situaciones personales, vienen después de los hechos, ¿no? Gracias, Dana.

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  5. Creo que es una costumbre poco recomendable lo relatar anteriores amoríos. Tal vez asome en la mente de Ito alguna sombra que le robe un poco de encanto en ese tiempo compartido? No sé, es una posibilidad,
    El relato está tan bien trazado que no deja de abrirnos interrogantes.
    Sigo leyendo con interés.

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    1. No sé si es recomendable o no, pero en la intimidad de dos personas que se atraen y se conceden creo que caben las confidencias sin fronteras. Tener celos por la experiencia del pasado en cada uno de los amantes no es muy saludable, pienso yo. El pasado siempre pone a prueba el presente y las capacidades de los contendientes en el amor. Pero no hay que verlo como negativo. Y además, aunque no se lo revelaran el uno al otro, en la mente de cada cual bullen recuerdos, significados sensoriales, entregas afectivas y demás sucedidos con otras personas. No, nunca es el otro el que está por medio. Son los otros yo de cada cual, o el yo reconocido e insatisfecho, el que desea explorar y siempre llegar más lejos. En el amor no hay más parada que la que uno se proponga por cansancio, falta de fuerzas o hastío e la vida. No sé. Gracias por esas interpretaciones. Y los interrogantes...acaso se prolonguen o se limiten. Todo es tan instintivo, incluso esto de escribir...

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  6. La curiosidad es punzante como los celos y éstos es cierto, no son saludables, son irracionales pero son innatos y asoman con el instinto de posesión.

    Todo depende de si se han resuelto o no las otras relaciones anteriores, si se ha cerrado página o sigue abierta. Depende, además, de muchos factores como la intensidad, la implicación, la entrega y por supuesto del carácter de cada cual.

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    1. Sobre lo innato habría mucho que hablar, y no porque algo sea innato naturalmente es admisible en las relaciones entre humanos. La naturaleza humana es un bosque con plantas que ocultan y bestias que acechan y suelos que parecen firmes y son ciénagas...saber distinguir la naturaleza de la que estamos formados es necesario para no hacer daño no solo a otros sino a nosotros mismos. Pero claro, no es fácil, aquella parte natural que nos gratifica a unos puede estar causando estrago en el prójimo. El instinto habla de nuestra personalidad, pero lograr reconducirlo habla todavía más de una personalidad elaborada, cultivada, no solo innata. Por supuesto, hay relaciones anteriores que solo son humo en nuestra memoria, en las que nos regodeamos vanamente. Una cosa es evidente: si hay páginas del pasado abiertas nuestro propio tiempo personal se encargará de que no lleven ya a texto alguno. Pero quién sabe, la vida da tantas vueltas hasta que no perdemos del todo las facultades. Quién sabe lo que les será deparado en el futuro a los personajes del relato más allá del relato.

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