"Todo lo interesante ocurre en la sombra, no cabe duda. No se sabe nada de la historia auténtica de los hombres."

Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche.



12 de octubre de 2020

Pintar los oficios

 

(Katsushika Hokusai)


Fumiyo, el dibujante foráneo que había aprendido a dotar de pinceladas los versos del pastor, sintió la llamada de los demás oficios. Si quieres temas para tu arte busca en la costa y en las aldeas, le había recomendado Mori. Fumiyo le agradeció la sugerencia. Hasta ahora me había parado a observar por los caminos, pues el paso de comerciantes, funcionarios o samuráis hacia sus destinos me ha parecido siempre una imagen que si no se plasma será desconocida. En los viajes toda esta gente no aparenta tanto y se delatan en sus debilidades. A mí me gusta pintar no solo lo que permanece sino lo que transita, no lo que se exhibe sino aquello que no quiere ser visto, no la vanidad sino las insuficiencias. Si es por eso, replicó el pastor poeta, tus pretensiones las vas a satisfacer en cada oficio o forma de vida. La vorágine lo invade todo, nadie se detiene en la marcha de los quehaceres cotidianos, solo yo puedo presumir de una cierta calma y una visión general sobre la vida de los otros hombres. Toma nota de lo que te digo, tú puedes seguir la misma senda que yo. En este sentido ambos nos parecemos, somos unos elegidos por la bondad de nuestra naturaleza, que es tanto como decir la de nuestros progenitores. El dibujante se identificó con Mori. Me pasa lo mismo. Me reconozco en aquello que veo y que se mueve. Tal vez por ello siento que mis manos hacen evolucionar mi forma de pintar, porque mis ojos no ven solo lo aparente sino el impulso de cada humano. El pastor miró con emoción al joven. La palabra y la imagen, y tú me lo estás descubriendo, no existirían por sí mismas. Necesitan intermediarios como nosotros para revelar el mudo visible y el invisible. O para fantasear sobre él y adulterarlo, porque imágenes y palabras tienen ese poder semejante de contar las cosas como parece que son o de alterarlas con todas las consecuencias. Y que cada hombre escoja. 

Fumiyo recogió sus útiles, encarpetó los últimos esbozos y se echó a la espalda la mochila. Soy como una tortuga. Sin el caparazón que llevo encima mi existencia quedaría a la intemperie. ¿Y qué sería de mí?


 

16 comentarios:

  1. Sólo los sabios saben fijarse en lo que se ve y en lo que no se ve.
    Y el mundo necesita menos necios y más sabios. Está claro.


    Mil besos.

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    1. Ay, cómo das en la diana, Lucía. Pero ¿cómo evitar la proliferación de necios? ¿Cómo promover el número de los sensatos? La sensatez ya sería una buena base de la inteligencia, pero el ruido quiere aplastarla. Salutem.

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  2. Interesantes las personas que saben vivir y disfrutan de ello...

    Reflexiones ciertas y profundas las del joven pintor.No solo se limita a pintar la vida,sino a analizarla, interpretarla, a veces cambiarla a su modo, a su gusto.
    Y por que no?... Y se puede, por supuesto. Y que sería de mi, si no.

    Pintar los oficios. Que grande e indispensable, pienso. Llenarlos de utilidad, disfrutarlos, adaptarlos.

    Siempre un placer pensar contigo.

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    1. Con que hagamos pequeñas aportaciones me conformo. Aspirar a cambiar el mundo desde uno era un sueño de juventud.

      Si observas los ukiyo-e de Hokusai que han ido apareciendo en las entradas de la serie aparecen paisajes, situaciones de tránsito, personajes variopintos, actividades laborales y comerciales, etc. Me fascinan esos grabados.

      Me reconforta la compañía lectora.

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  3. La sensatez se vende en píldoras muy pequeñas y buscadas, pues la cordura no cabalga en caballos desbocados.

    Saludos.

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    1. ¿Será que los sensatos son minoría para que no sean aceptados entre los que deciden y rigen destinos? Cada vez admiro más la sensatez íntima, la que lleva a regirnos en nuestras parcelas inmediatas y próximas, pero, claro, no parece suficiente para sentir los efectos sobre un ámbito colectivo. Y mientras los insensatos, con influencias y poderes reales, campan a sus anchas peligrosamente para nosotros.

      Saludo.

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  4. Qué reflexiones más profundas nos traes. Siempre es un gusto leerte.

    Un abrazo

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    1. No sé; en realidad no hay nada nuevo bajo el sol; bueno, sí, lo nuevo puede ser comprobar y reflexionar sobre las experiencias que vamos teniendo. Un ejercicio personal, insustituible; y necesario.

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  5. "Me reconozco en aquello que veo y se mueve" qué frase tan sugerente y qué difícil llevarla a la práctica, establecemos barreras inconscientes a causa de nuestras diferencias, cuando en el fondo todos nos podríamos reconocer en el otro, y comprender. En este mundo loco estamos dando voces, con los labios cerrados, tal vez prestando la suficiente atención, podríamos ser capaces de entenderlo.

    Buen día.

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    1. Es que muchos se reconocen oscuramente en lo abstracto, lo inexplicado e inexplicable, en lo sombrío, en lo incierto, en lo no verificado...Si es cosa suya para ellos, pues eso: allá ellos. Si quieren llevar su supuesta interpretación de la vida y de las cosas a la sociedad no tiene por qué ser admitido. Necesitamos luz, no confusión.

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  6. Una duda: ¿ por qué pensará el pastor que sólo él puede presumir de calma y sólo él tener una visión holistica de los hombres?.

    Un elogio: me gusta el párrafo de la palabra y la imagen como intermediarios.

    Termino: nacemos sin caparazón pero moriremos con uno bien desconchado.

    Salud. Adriana

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    1. Respuesta: el pastor es un presumido, no obstante su pequeñez. Pero si la percibe dentro de sí y no hace mal a nadie dejémosle que presuma, ¿no?

      Es que imágenes y palabras, con todos sus derivados, son siempre intermediarios, no fines en sí mismos.

      Termino: morimos desnudos, hermana, muy desnudos: más: desprovistos, despojados, descarnados...El caparazón-cuerpo nos abandonará en cuestión de horas. Bueno, ¿y qué? Siempre ha sido así.

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  7. Somos lo que hacemos, lo que amamos y lo que observamos intentando crecer.
    Sabios, estos personajes.

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    1. Sí. Y lo que soñamos, lo que anhelamos, lo que perdemos, lo que nos recrea. ¿Sabes? Estoy en un tiempo de mi vida en que tiendo a cuestionar los conceptos. Están muy trivializados y no siempre dicen lo que deberían decir. Tiempos de excesivo esoterismo pseudopsicológico, de reducción del conocimiento en aras de una palabra que suene bien -algunos dirían mágica- y de dar por hecho lo que no suele ser o al menos no lo es para siempre. Los conceptos están en crisis. Siempre lo estuvieron probablemente, de ahí que conceptos y palabras haya que renovarlas o al menos no usarlas en vano. Oye esto es un reflexión personal, sin más, avisando por si doy la vuelta demasiado a la tuerca. Pero es que la rosca de las tuercas suele desgastarse...¿no?

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  8. Sin el caparazón quedaríamos expuestos, y a nadie le gusta estarlo.

    Saludos,

    J.

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    1. En efecto, y procuramos por todos los medios estar cubiertos, pero no todos ni siempre se puede.

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