Cuando se pregunta al pastor Mori que dónde ha aprendido a hacer poesía, él responde invariablemente que eso es igual que preguntar a los pájaros cómo han aprendido a volar. Así zanja Mori tener que dar explicaciones que ni sabría ni querría dar. Pero la gente se muere de curiosidad y no deja de hacer cábalas sobre sus inspiraciones. Todo el mundo que escucha la poesía del pastor, se trate de aldeanos de la comarca o viajeros de paso, se asombra de que un hombre iletrado cante con tanta precisión y entusiasmo las cosas que canta sobre la naturaleza y describa con conmovida hondura los sentimientos de los hombres.
Muchos, que saben de las artes que posee el hombre pero que son incapaces de escribir ternuras a sus amadas, recurren a él. Mori les satisface, sin pretender sacar beneficio económico de esa labor, pero imaginando sensibilidades y manifestando afectos sobre mujeres a las que él no podría acceder jamás. Unos le piden que exprese lo mucho que echan de menos a su amada. Otros que manifieste cuánto les gustaría llegar a un compromiso con futuro. Algunos son más decididos y le sugieren que en su poema haga con discreta maña propuestas libidinosas a las destinatarias. Hay quien apunta a que se hable de pasada o a bocajarro de posesiones y bienes, aunque sean imaginarios, con ánimo de añadir un elemento de seducción nada desdeñable. Incluso alguno llega más lejos y reclama del poeta que compare a la mujer de su interés con objetos bellos o con paisajes deslumbrantes o incluso con hazañas de heroínas de las leyendas ancestrales. No siempre da resultado pero tiene su impacto.
En ese ejercicio por encargo Mori pone una condición. Que no le pidan que se precipite en la entrega de sus escritos. Recaba de sus solicitantes información sobre el tipo de mujer a la que aspiran. Sus características físicas, su manera de comportarse, el tipo de vida que les rodea, hasta lo que se dice de ella. Conforme a lo que le cuentan Mori establece un patrón, pero nunca repite un poema, desafiando de este modo los principios de originalidad y personalización de unos afectos con los que se identifica. Tal empeño pone el poeta en sus versos que a medida que los elabora recrea con su fantasía una mujer. Aquella es atractiva porque recuerda el remanso de un río, la otra merece ser colmada de afectos por su capacidad comprensiva, aquella destella tal inteligencia que ciega al que la solicita, otra más es de tan difícil como cautivador alcance pues presume de ser independiente, a la de más allá se la anhela por su acendrada entrega a la familia...Mori vive y revive en sus ensoñaciones a cada mujer para la que escribe un poema por encargo y sabe que el haiku o el tanka que otro presentará es en realidad él mismo y que cuando la mujer lo reciba estará recibiendo al humilde pastor aunque ella no lo sepa.
Un día aparece un joven estudiante de artes que va de paso a Edo. Al oír recitar al pastor, que declama los versos de su invención al aire de la soledad, no dice nada, se sienta sobre un hito del camino, despliega su cuaderno y los útiles de dibujo y se pone a tomar apuntes del entorno. El pastor le observa. No has preguntado nada como hacen otros, le dice. ¿Para qué?, responde el muchacho. Todo lo que quisiera saber lo acabas de decir en el haiku que estabas recitando. Mori se asombra. Eres el único que lo entiende y mira que pasa gente por estas sendas. El estudiante se ruboriza. Un buen haiku no es un mero poema, añade. Es sobre todo una sensación y muchas veces un sentimiento, y siempre es asombro. ¿Quieres uno para tu amada?, le propone Mori. Mi amada quedó atrás en el tiempo y en el espacio. Pero no estaría mal que junto a mi pintura de grullas le hiciera llegar unas letras que fundieran dos artes. Expresaría así la fusión de dos personas, de dos aspiraciones, de dos recuerdos, y quién sabe si de dos reencuentros en el futuro.
Entonces Mori, que entiende el desasosiego del muchacho, le propone el siguiente poema, saltándose las reglas de las rimas.
Al andar el país el monte me protege / mi cuerpo busca el cobijo de tu sombra / te veo en las grullas que picotean en los humedales / ellas me miran y me llaman / pero yo solo te elijo a ti.
Lo importante que ambos, mediante sus propios medios, los que sean, se sientan satisfechos de sus creaciones, sin más.
ResponderEliminarPues no es poco, aunque en uno de ellos tenga un valor especial no siendo su oficio propiamente dicho.
EliminarQué vida más interesante la de Mori, meterse en la piel de otras personas, otros horizontes, otras vivencias... Increíble el poema que le escribe al joven, es el amor en forma, caminando como un mortal.
ResponderEliminarMe gusta como vuelan tus grullas, o las del Hokusai para ser más precisa.
Un abrazo.
Sí, ese Mori -a veces pienso que l conocí en otra vida- es muy audaz. Sin ser hombre de letras tiene una inventiva sorprendente y una memoria diligente para aportar poemas por encargo. Y Hokusai era un genio de la pintura.
EliminarSabios, el pastor y el estudiante. Mi padre me contó que desde su época de muchacho, varios de sus cercanos le pedían que escribiera cartas a sus novias. Sin ser él poeta, lograba armar textos más interesantes que el resto, según parece. Supe que ya de grande, en su último trabajo (andaba por los 80) hubo un viudo reincidente que le pidió una carta para la dama que cortejaba. Se ve que todavía recurrir a esos menesteres es más usual de lo que pensaba
ResponderEliminar=)
Personajes que han escrito cartas para otros han existido siempre por la simple razón de que la población estaba poco alfabetizada. Pero me gusta saber esa experiencia de tu padre, y en concreto lo de ese viudo reincidente.
EliminarNo deberían perderse estas prácticas por mucho twuit y wassap que haya y que reducen las expresiones de los sentimientos, creo.
Esos poemas espontáneos, así, que salen solos. son los mas auténticos y sinceros.
ResponderEliminarPor la creatividad sencilla, sin artificios.
Abrazo.
Se ve que al pastor contemplativo se le da bien dar vueltas de improviso al magín. Gracias, Soco, buen día.
EliminarInspiración:
ResponderEliminaren momentos de calma
saltan ideas.
Crear es una fuerza protectora en tiempos difíciles.
Me encanta tu texto.
Algunos pastores tienen una habilidad increible con la navaja; compré una vez en un mercado de artesanía unas tallas de madera con preciosos detalles a un pastor jubilado, cuando las miro, digo: ¡qué arte!
Traducir lo que a uno le late dentro es lo que tenemos de especiales.
Adriana
Eres ocurrente y has parido un ocurrente haiku.
EliminarA un pastor se le pueden ocurrir infinidad de cosas, bueno, al menos a los de antes. Sé de uno que la caligrafía, la aritmética y las letras, en sus limitaciones, se le daban bien. Y luego le sirvieron. Fue antes de la guerra civil española. Luego fue mi padre.
No renunciemos a hacer, ello protege y genera salvaciones para tiempos difíciles. Traduzcamos, pues, lo que llevamos dentro, gracias, Adriana.
M interesa la sabiduría de quien afirma que la poseía no se aprende, se lleva puesta o no. Y ojo qué precioso poema por encargo hace para el estudiante, bueno, para su amada dejada atrás.
ResponderEliminarPrecioso pot. Un abrazo
Probablemente se lleve dentro la poesía y solo se trata de encontrar el ámbito apropiado para que se manifieste. Y por supuesto, escapar de la turbia vorágine de los hombres cortoplacistas que no saben ver ni oír ni hablar. Nos rodean, per no me interesan, Albada. Cautela y disfrute siempre.
EliminarVoy a pedir a Mori, aprovechando ese don natural que tiene y tal vez,abusando de su bondad, si podría componer un poema para consolar a mujeres tipo la Campos, seducida y abandonada por piticlin,piticlin... O a nuestra malherida y avergonzada reina.
ResponderEliminarA sus edades y en sus circunstancias, unos versos aliviarían su pesar.
Le dices, si accediera,que se tome su tiempo. Se trata de jugar y pasarla bien e intuyo que a Mori le gustan los retos y regalar felicidad.
Agradecida. Adriana
Me temo que Mori es un modesto hacedor de palabras, que no entiende de esos planos aparentes donde se mueven las individuas que dices, que vive mejor ignorando lo que sucede en la villa y corte donde parecen cundir los más mediocres del país, a tenor de cómo rigen desde su parcela sobre los llamados ciudadanos a los que tampoco se les ve demasiado exigentes con quienes les mandan. Los retos de Mori son muy humildes, Adriana.
EliminarOk.
ResponderEliminarAdriana
De acuerdo.
EliminarAh, de modesto hacedor rien de ríen, por lo demás te entiendo perfectamente.
ResponderEliminarAdriana
Ya conoces el refrán: a buen entendedor...
EliminarPara algunos es natural lo que para otros representa años de estudios. En algún lugar se encuentra el problema, pero no soy quien para señalar dónde.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Supongo que también hay individuos con dones y habilidades naturales muy desarrollados, pero en materia artística, sobre todo en artes plásticas, quien más o quien menos ha buscado pasar por alguna escuela. Saludo.
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