"Todo lo interesante ocurre en la sombra, no cabe duda. No se sabe nada de la historia auténtica de los hombres."

Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche.



16 de abril de 2021

Conversaciones con mi gato

(Kitagawa Utamaro)


Podría decirte lo convencional. ¿Quién te quiere más que yo? Y yo podría responderte: ¿Quién se deja amar más que yo? Yo te lo demuestro. Te acaricio. Aseo tu imagen bellísima sin apenas molestarte. Te dejo en el cuenco más elegante el nutriente. Elijo la mejor calidad de los pescados que te agradan. Tienes el rincón más calentito de la casa par echar tus sueños profundos. Y nadie te pone objeciones a que elijas cualquier espacio para tus abundantes duermevelas. Y al desnudar mi cuerpo permito que lo contemples sin cortapisas, mientras tus ojos difusos y tibios apenas saben o demuestran apreciarlo. Yo te lo agradezco y también sé corresponderte. Me acurruco junto a ti cuando tu estado de ánimo es confuso. Salto y me pongo en guardia ante ruidos exteriores para prevenir tu seguridad.  Hago piruetas majestuosas ante tu mirada, no menos felina que la mía, cuando tu cuerpo crepita de cansancio. Escucho las palabras que emites al dejarte embargar por la melancolía o si te enfureces por algo. Vigilo tu adormecimiento de animal humano tras una jornada cansina o frustrante. Me sorprendo con las respiraciones agitadas que muestras en tantas ocasiones. Y me asusto un poco cuando te invade tal quietud que me hace pensar si no habrás desaparecido de este mundo. Yo además te entiendo. Debe ser que nuestras especies están hechas para aproximarse. Te dejo libre en tus períodos de celo. Dejo abierta la trampilla para que rondes a tus amores furtivos. Aunque a veces pienso que no volverás. Hay noches temerosas y, sin embargo, cuando casi he perdido la esperanza te encuentro de nuevo, exhausto y en ocasiones herido, a mis pies. ¿Puedo confesarte yo algo como gato sincero y fiel que soy? Si no permitieras mis escapadas buscaría la manera. ¿O ibas a pensar que solo los humanos tenéis necesidades y podéis recurrir a satisfacciones aventureras? ¿Te reprendo cuando de pronto te vas para encontrarte con el molinero o entregarte al hijo del samurái que no quiere seguir los pasos de su padre y prefiere ser eso que llamáis poeta? Y te diré más. Vuelves siempre echa unas trazas, que ni disimulas en mi presencia, acaso piensas que no me merezco una apariencia honorable de tu cuerpo soñado, solo porque soy gato. Y entonces llega lo peor, detecto tu otro olor, que no es el olor tuyo, que es la furia de un hombre pasajero que necesita a la mujer para sentirse más completo. Si ves que te rehúyo, no te sorprendas, uno tiene derecho también a sentir celos y odiar al otro que te posee. Ven aquí, tú eres el único, te lo repetiré mil veces. Ah, ahora me vienes con zalamerías, ¿no? Puestos a hablar de zalamerías, viejo amigo, creo que superas tú todo lo imaginario.
 



30 comentarios:

  1. Los gatos son amorosos, pero mi única experiencia con esa raza fue en San Sebastián cuando vivía en casa ajena durante los veranos de la infancia. Aquella gata siamesa siempre me arañaba, seguro que por celos, salvo cuando estaba en celo. Siempre se me dieron bien los chuchos pero fallé estrepitosamente con aquella gata. Pitusa de nombre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, en etapas tempranas de esta vida ya hay antipatías, acaso mutuas, que nadie sabe por qué.

      Eliminar
  2. Íntimo intercambio emotivo entre gato y humano. Por su felina humanidad compartida se entremezclan entre necesidades, celos y cariños, todo igualmente dispuesto a la hora de saberse dos en el reparto. 😊

    ResponderEliminar
  3. Deliciosa e íntima conversación entre dos seres deliciosos. Una realidad vestida de fantasía, bellamente narrada. Dependencia, ayuda, compañía y cariño mutuo.

    Por todo eso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y pensar que sin la imagen de Utamaro no se me habría ocurrido el divertimento...

      Eliminar
  4. Esas conversaciones con mascota pueden ser verdaderos textos, sabios, muchas veces.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Has leído alguna vez un libro de conversaciones entre mascotas? ¿No? Te recomiendo "El coloquio de los perros", de un tal Miguel de Cervantes Saavedra. Magistral, moderno, con varios siglos de por medio sigue siendo divertido e impecable.

      Eliminar
  5. Nunca he tenido un gato y me da la sensación de que son muy celosos de los suyo.
    Un saludo y buen finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso dicen, pero ya sabes que eso está visto desde la percepción humana. Sí, amable fin de semana.

      Eliminar
  6. Me ha parecido estupendo este texto y cómo te has metido en la piel de los dos protagonistas, Los gatos son las mejores mascotas, al menos para mí. Pero me da tanta pena humanizarles, que he renunciado a tener uno en casa.

    Besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy interesante esa idea, Dafne. Y es que humanizar a gatos o a perros -¿es lo mismo domesticar y humanizar?- es para pensárselo. Al fin y al cabo queremos a los animales cerca para nuestro uso y consumo. Es como si les dijéramos: chicos, que los reyes de la casa somos nosotros. Pero ellos también saben (amoldarse, adaptarse, hacernos la pelota) Un abrazo, Dafne.

      Eliminar
  7. Li también habla con su gato, pero no con tanto ingenio.

    Saludos cordiales, Chitón.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Li Yan Mei, seguro que sus conversaciones serán provechosas y amenas. Invito a Li Yan Mei a pasar por esta otra breve historia gatuna:

      https://laantorchadekraus.blogspot.com/2021/04/el-gamberro-de-mi-gato.html

      Cuando quiera Li Yan Mei, por aquí y por allá ando. Cordial.

      Eliminar
  8. Cualquier sabe que este tipo de reflexiones nunca se pueden llevar adelante con un perro.

    Saludos,

    J.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No había caído en eso, lo ignoraba. ¿Por qué puede ser?

      Eliminar
  9. Precioso gato. Los gatos son muy celosos. Son territoriales...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Territoriales ¿en qué sentido? ¿De modo análogo a los humanos o clavaditos a él?

      Eliminar
  10. Indiscutiblemente espléndido. El amor descrito con el más elegante de los respetos. Al humano o humana y al gato.

    Salud y lectura placentera, Fackel.

    Anna Babra

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Interesantes y agudas conclusiones las que sacas.

      Sobre la lectura placentera habría mucho que hablar. Hay un tipo de lectura que produce placer e incluso grandes dosis de goce y disfrute. Hay otra lectura digamos inquietante, cuyo placer consiste en conocer más sobre ciertos temas, pero a la vez ese conocer implica descubrimientos -sobre los individuos, la historia, el pasado, las barbaridades, etc.- que duelen, que cuesta digerir. Y en concreto me refiero a temas históricos. Ahondar en ellos te hace saber pero también padecer. Podría citarte obras y temas, pero lo dejo aquí.

      Eliminar
    2. Ésta tuya, indiscutiblemente, produce placer. Las que no lo producen obedecen a razones distintas. Las que tu mencionas y quizá otras.

      Te aseguro que la disfruté. Es más, ahora he vuelto a leerlo.

      Gracias Fackel.

      Anna Babra

      Eliminar
    3. Y yo me quedo pensando.

      Salud y feliz Día del Libro, aquí además festivo por razones de la celebración de la comunidad regional. Se celebra una derrota de hace quinientos años, qué país este que celebra derrotas, aunque si fueran victorias yo sería más escéptico todavía.

      Eliminar
  11. Buena pareja, aunque les pese tener que desahogarse por ahí al no ser de la misma especie...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero la convivencia puede ser ya una manera de aportarse afectos.

      Eliminar
  12. Me ha encantado tu texto. Yo tengo cinco gatos en casa mas otros tres o cuatro que vienen regularmente pidiendo comida y mimos. Amo a los gatos porque tienen una gatera para ir libremente a donde quieran, y lo hacen, pero siempre vuelven, conmigo tienen agua limpia, comida y cariño. Bueno, algunos no vuelven, quiero pensar que algún accidente ... la libertad tiene un precio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quién sabe si no cabe también en los gatos un instinto de desobediencia , pero serían ingratos si con lo bien que les tratas se volvieran díscolos. Celebro tu paso por este blog.

      Eliminar
  13. Un placer ha sido
    Descubrirte
    Te dejo mi huella!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí se acoge la huella de las palabras. Gracias.

      Eliminar
  14. Que descripción tan detallada, la que relatas;Y además muy bien escrito.
    Dos seres vivos libres pero tan unidos el uno al otro.
    Me ha encantado.
    Un abrazo.😊🌼

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puede haber seres vivos de diferentes especies que se entiendan mejor que dos seres de la misma especie. Aunque esto habría que precisarlo sobre la marcha. Unos seres y otros se necesitan, incluso entre especies.

      Gracias por tu lectura y opinión, Berta.

      Eliminar