"Todo lo interesante ocurre en la sombra, no cabe duda. No se sabe nada de la historia auténtica de los hombres."

Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche.



28 de julio de 2020

Los remeros, entre el albur y la voluntad


(Katsushika Hokusai)


El oleaje nos va a estrellar contra los farallones, patrón, gritaron alarmados los remeros. Calma, dejad que yo os guíe, y concentraos. Cuando la barca sea elevada, vosotros detened los remos. Al caer, hundidlos y remad fuerte en dirección contraria a las rocas. No vamos a poder, la potencia de las olas es superior a la nuestra, dijo azorado el más inexperto de la tripulación. Calla, que no se te vaya la energía por la boca, le espetó un compañero que tenía en su haber un buen número de desventuras, lo que quiere decir tanto como experiencias. Mientras, el patrón, aferrado a la proa, iba midiendo cada movimiento de las olas. Ahora, tronó con un vigor tan intenso como el de los remeros, y estos hundieron los remos con inusitado impulso como si cuerpo y remo fuesen una herramienta única. Aquel movimiento les alejó un poco más de las rocas. Aprovechando el descenso de la ola, el jefe volvió a darles consejos. Sentid el movimiento del mar como una composición musical. Pero no como simples oyentes, sino como si fuerais vosotros mismos los que añadís notas y modificáis el ritmo. Si salimos de esta pondré doble incienso en el altar de mis antepasados o haré una peregrinación a Nikko, soltó otro de los navegantes. Ya harás lo que quieras, replicó el que estaba al lado, pero como no pongas ahora todo tu empeño en la remada los dioses no tendrán ni tus preces ni tus ofrendas. Atención, dijo de nuevo el jefe, volviendo a dirigir el instante en que la embarcación era elevada por el capricho del océano. Los remeros contuvieron las armas y prepararon la respuesta contundente a la furia del mar, hasta que volvieron a descender. Vamos bien, animó el patrón. Remad ahora como si cada uno fuerais dos. Al unísono, todos se dieron cuenta que se alejaban un poco más de la peligrosa costa. El joven no lo veía tan claro. Por mucho que hagamos estamos sometidos al azar y si el azar no quiere lo tendremos difícil, dijo derrotista. Tú respira hondo y concentra tu fuerza. Al peligro se le vence con la voluntad, le replicó el guía. Si cedes tu energía el azar nos devorará a todos. En ese momento los hombres golpearon el oleaje con más tenacidad. Los farallones iban quedando atrás. 




(Sin intención de realizar el esfuerzo no hay garantía de un logro. Sin voluntad se reducen o anulan las posibilidades de salir a flote)




24 comentarios:

  1. Huy, me encanta el simil! Será por lo del oleaje y la voluntad? Imaginemos afirmativo en mi caso ( de haber nacido en otra circunstancia sería surfista o parapentista) claro que cada cual tendrá sus razones y la experiencia resulta de lo más válida más no omnipotente como demasiad@s deseariamos creer.

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    1. Tal vez porque ha sido un símil que nos ha acompañado toda la vida, de voces ajenas y protectoras, primero, de experiencia personal más tarde. Con resultados alternos, por supuesto.

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  2. Si no hay esfuerzo los dioses no te protegen.

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    1. Hay un divertido dicho español análogo ante circunstancias urgentes y adversas: fíate de la Virgen y no corras.

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  3. Me ha encantado leerte. He ido en ese barco mientras lo contabas...

    Mil besos.

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    1. Pues entre el sudor salino de los remeros y sus imprecaciones y el oleaje bestial habrás tenido una navegación sumamente peligrosa. Pero el guía...ay la inteligencia del guía.

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  4. Y si el azar finalmente acaba devorándonos, al menos que sea después de haber puesto nuestro máximo esfuerzo por evitarlo. Es lo que me permite dormir tranquila (mi insomnio es por puro vicio, aclaro, jaja).

    Besos

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    1. Nos moriremos por naturaleza propia, y las circunstancias siempre son azarosas, bien porque nos pille un tren o porque las células revueltas de alguna zona del cuerpo propicien la eliminación o porque los tejidos desgastados del riñón azucen su ineficacia. Pero piensa mejor en el vicio de tus insomnios.

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  5. Son tesón, no hay esfuerzo que pueda valer. Un buen resumen tu final. Esfuerzo, voluntad y tesón, para las marejadas de la vida.

    Un abrazo

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    1. Aunque no estoy convencido del todo de ese moralismo del relato, pero en fin, quise ser constructivo.

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  6. Me ha gustado mucho este relato, es la vida misma, observar, comprender y ponerse manos a la obra.
    Lo de ir a la deriva no tiene mucho sentido, y sí, es algo a evitar. Luego nos frustramos porque las cosas no vienen como quisiéramos, cuando tenemos la posibilidad y la responsabilidad de elegir el camino que transitamos.
    Un abrazo.

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    1. Quien más o quien menos hemos estado alguna vez a la deriva o al menos en su proximidad. El azar de que alguien o algo apareciera en nuestras vidas y nuestra capacidad para asirnos a ello nos ha puesto a salvo. Esa confluencia es importante, gracias Ana.

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  7. He leído el texto con el cuerpo en tensión. Una gran lección para el momento y para la vida.
    Me ha gustado mucho.
    Un abrazo!!

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    1. Siempre se ha dicho que la madre y maestra es la propia existencia, la experiencia de cuanto nos vamos encontrando, la capacidad para afrontar lo que recibimos y lo que perdemos, pero nos implica y la voluntad es decisiva, siempre que el cuerpo lo permita y las circunstancias que nos rodean no sean sumamente gravosas.

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  8. Desde que el Sr. Nietzsche declaró muerto a Dios, los dioses se declararon en huelga indefinida y parece ser que ahora trabajan en Le Circ du Solei, que por cierto tambien lo está pasando fatal con lo de la pandemia.
    Y hago esta "coña" porque no veo que tenga que ver Dios o los dioses con el tema del azar. Todo ello, claro, con el respeto debido.

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    1. Al Cirque du Soleil esta vez no le salva ni el citado personaje. Bueno, supongo que por mediación de los bancos podría obrarse el milagro.

      Las divinidades y el azar, amén de otras categorías, son variantes de los recursos humanos, siquiera de consolación; intangibles o tangibles es otra cosa.

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    1. Estos cuentos orientales...Un abrazo.

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    2. Navegar y alcanzar el objetivo. Fruto de la pericia y perspicacia, de la perseverancia y el esfuerzo.
      Aunque no siempre sea cierto, me gusta la idea. Y si uno sabe donde está...

      Me ha gustado. Esla primera vez que vengo.

      Salud.

      Anna Babra

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    3. El riesgo, ya se sabe: el naufragio. Toda navegación tiene ambas caras (ya sé que hoy día las navegaciones son más seguras, por lo que la metáfora ya no tendría utilidad si nos limitásemos al presente)

      Gracias por pasar. Esta serie inspirada en los ukiyo-e de Hokusai la puedes seguir hacia atrás.

      Salud y avanti.

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    4. Para mí, escribir inventándome sobre temas japoneses es un deleite también. El mayor transporte que haya habido jamás en la Humanidad es el de la transmisión de pensamiento, ideas y en general información. Ha permitido conocer, muchas veces solo parcialmente, y también imaginar cuando no fantasear.

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  10. Se nota que el esfuerzo, el aprendizaje, el temple, ya en esa época venía siendo desacreditado como algo de valor e importancia.

    Saludos,

    J.

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    1. Supongo que esfuerzo y desinterés habrán crecido siempre paralelamente. A veces me pregunto cuál es el papel que juega la picaresca en ese pulso. Saludos y ánimos.

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